Se me ocurre ahora mismo comparar la amistad con algún tipo de 'lógica matemática' con la siguiente afirmación: cuanto más cercana es una persona a tí, el riesgo a que te decepcione ésta será mucho mayor que la decepción que sentirás por una persona conocida.
Como toda persona madura, a estas alturas solo consideraba AMIGOS a las personas con las que tenía, obviamente, una amistad (a mis ojos) verdadera. Pero ¿qué ocurre cuando una persona a la que consideras de las más de confianza para tí, te decepciona sin saber por qué? La respuesta es que, cuando esperas algo de una persona, es la forma ideal para que esta persona te decepcione. Si no esperas nada de esta persona no tendrás decepciones ni rayamiento alguno. La gran cuestión viene ahora, cuando esperas algo de una persona, la cual lo sabe todo de tí, una persona con la que has compartido unos años bonitos junto a ella, en fin, esas cosas que se supone engloba una amistad VERDADERA. Esperas que esta persona te comprenda en lo bueno y en lo malo, y que cuando haya malos momentos sepa actuar como un amigo/a y hacerlo lo mejor que pueda. Por eso precisamente es por lo que yo esperaba algo, esperaba que la amistad, ahora más que nunca, hablase por sí sola.
Pero la amistad aparentemente nunca se manifestó, decidió que se iba, no consideraba que debiese estar para ser falsa o no servir de nada. Y pasa el tiempo, y como en todas las situaciones, revela poco a poco la verdad por la cuál tú has decidido lo que has decidido. ¿Y de qué sirve pedir explicaciones? A veces la forma de actuar de las personas hablan por sí solas, te hacen saber lo que piensan sin nisiquiera hablar, y eso puede ser incluso bueno. Y ahora es cuando (otra vez) hay que sacar la fuerza, que a mí personalmente ya me sobra,... and move on, again.
Y lo que realmente me duele ahora es que la amistad haya decidido marcharse sin ningún motivo y, lo peor, sin avisar.
"Seen people change isn’t what hurts. What hurts is
remembering whho the used to be"
old friend... why are you so shy?